Agregado a esto, los armenios son cristianos, mientras que los otomanos y persas eran musulmanes.En esta etapa, los armenios eran incapaces de luchar contra dos imperios a la vez, por lo que buscaron la ayuda en el extranjero.Los georgianos y armenios de Karabaj ayudaron a los rusos revelándose contra la dominación safávida.David Bek comandó la rebelión durante seis años, hasta que murió en el campo de batalla.En las siguientes tres décadas, Rusia intentó expandir sus territorios hacia el sur, a expensas de otomanos y persas.Las campañas rusas tuvieron un entusiasta apoyo entre los armenios, liderados por el obispo de Tiflis, que tomó parte personalmente en la lucha.Cuando el obispo Nerses se quejó, fue rápidamente enviado a Besarabia, lejos de la región del Cáucaso.No se permitía a los catholicos abrir escuelas, pero sí fundaron numerosas imprentas y alentaron la publicación de diarios armenios.No obstante, la clase media armenia prosperó bajo el mandato ruso y fueron los primeros en aprovechar las nuevas oportunidades para transformarse en una próspera burguesía, cuando el capitalismo y la industrialización llegaron a Transcaucasia, en la segunda mitad del siglo XIX.Los armenios eran mucho más expertos en la adaptación a las nuevas circunstancias económicas que sus vecinos de Transcaucasia, los georgianos y los azeríes, por lo que pronto se convirtieron en el elemento más poderoso en la vida municipal de Tiflis, la ciudad considerada por los georgianos como su capital.Todo esto derivó en mayores tensiones entre los armenios, georgianos y azeríes de la Rusia transcaucásica, conflictos no simplemente de naturaleza étnica o religiosa, sino ocasionados también a factores sociales y económicos.[7] Las relaciones entre las autoridades rusas y sus nuevos ciudadanos armenios no comenzó sin problemas.Dado que Armenia era la primera línea rusa contra los rivales otomanos y persas, en un principio se consideró como una zona militar.Las cosas mejoraron cuando Nerses Ashtaraketsi fue llamado de Besarabia y constituyó la Iglesia católica armenia en 1843.La visión pro-rusa de la intelectualidad armenia continuó bajo el zar Alejandro II, que fue muy elogiado por sus reformas.En 1877, estalló la guerra entre Rusia y los otomanos por el tratamiento que recibían los cristianos de los Balcanes.El nuevo zar, Alejandro III, con una perspectiva más conservadora, pretendía crear un estado autocrático altamente centralizado.En los últimos decenios del siglo XIX, también se registró un aumento en el chovinismo ruso respecto a los no-rusos, descrito en términos cada vez más racistas.El primer signo del nuevo régimen, fue el despido del primer ministro de Alejandro II, el conde armenio Mijaíl Lorís-Mélikov, considerado demasiado liberal y etiquetado como un «asiático frenético» y «no verdadero patriota de Rusia».[12] Paradójicamente, tales sospechas sobre los armenios, que se encontraban entre los más rusófilos de los súbditos del zar, como personas indignas de confianza, propensas a la conspiración revolucionaria, llevaron a los rusos a introducir políticas que produjeron el efecto cuyo objeto querían evitar, volviéndose los armenios más y más hacia los nuevos movimientos nacionalistas.[15] Los armenios jugaron un papel ínfimo en los movimientos revolucionarios del Imperio ruso hasta la década de 1880.Artsuni creía que la vida bajo el Imperio ruso representaba un «mal menor» para su pueblo.Ereván y Tiflis eran unas opciones mucho más evidentes para promover la actividad revolucionaria entre los armenios al este del Imperio otomano.El nacionalismo armenio tal como lo practicaban los Dashnaks, con el gusto por la violencia revolucionaria y las políticas económicas socialistas, tuvo al principio poca aceptación dentro de la burguesía armenia, pero la represión cultural rusa les ganó más simpatías.El clero armenio había sido muy prudente con los Dashnaks, condenando tanto su socialismo como su anticlericalismo, pero en ese momento los vieron como sus protectores.Los Dashnaks formaron un Comité Central para la Autodefensa en el Cáucaso y organizaron una serie de protestas entre los armenios.Los disturbios en Transcaucasia, que también incluyeron grandes huelgas, llegaron a un punto culminante con los levantamientos generalizados en todo el Imperio ruso conocido como la Revolución de 1905.Toda la intelectualidad armenia, incluidos escritores, médicos, abogados, banqueros, e incluso comerciantes fueron acusados.El consejo aprobó la ley para organizar la defensa del Cáucaso contra el Imperio otomano, usando la gran cantidad de suministros y munición abandonada por el ejército ruso en su partida.El congreso específicamente ideó un control de las estructuras locales y administrativas para Transcaucasia.