Se rubricó mientras el Ejército del Islam, una fuerza otomana que buscaba conquistar nuevas tierras, se encontraba a siete kilómetros de Ereván y solo a diez kilómetros de Echmiadzin.
Mediante este tratado, el imperio recuperó el Cáucaso suroccidental (Ajalkalaki, Batum, Guiumri, Julfa, Masis y Najicheván) Quince días después de que se firmase el tratado, se solicitó que los delegados armenios acudiesen a la capital otomana, Constantinopla.
El tratado debía ser examinado y ratificado por los Imperios Centrales.
Fue objeto de controversia, ya que el general Andranik había abandonado el Gobierno del Dashnaktsutiun, se había negado a aceptar las fronteras estipuladas en él, había continuado combatiendo y había proclamado un nuevo Estado llamado República de la Armenia Montañosa.
En 1918, sus actividades se concentraron en el Zanghezur-Karabaj, zona que unía el Imperio otomano y la República Democrática de Azerbaiyán.