Se encuentra unos 20 kilómetros al oeste de Ereván.
En español puede aparecer referida como Echmiadzín, Ejmiatsín' ([ɛd͡ʒʰmjɑˈt͡sin]) o Vagharshapat.
Durante varias décadas la ciudad se convirtió en la capital de Armenia y siguió siendo la ciudad más importante del país hasta el siglo IV.
Según los escritos armenios del siglo V, san Gregorio tuvo una visión de Cristo descendiendo del cielo y golpeando la tierra con un martillo de oro para demostrar donde debía ser construida la catedral.
Por lo tanto, el patriarca dio a la iglesia y la ciudad el nuevo nombre de Echmiadzín, que se puede traducir como «el lugar en donde el Único Engendrado descendió».