[1] Aunque había nacido en Metimna, Arión pasó la mayor parte de su vida en la ciudad de Corinto, donde sus cantos en honor a Dionisio se hicieron muy populares.
Gracias a su talento se granjeó la amistad del tirano de Corinto, Periandro, que lo honraba con los máximos honores.
Otra versión afirma que no arribó a Laconia, sino que el delfín lo llevó hasta el mismo Corinto y allí, exhausto, no pudo volver al mar.
Entonces Periandro les ordenó que lo juraran ante el monumento del delfín, y allí apareció Arión con las mismas ropas que llevara al arrojarse al mar.
Los marineros no pudieron reaccionar ante la sorpresa y el tirano corintio los mandó crucificar o quizá empalar.