En estas tumbas, la parte más ensanchada o galería con arcosolios, servía de capilla funeraria.
El nicho en el que se introduce el sarcófago suele tener forma de arco ojival.
En el Renacimiento, desde el siglo XIV, se opta por emplear el arco de medio punto.
En cuanto al sarcófago en el arcosolio, inicialmente se limita a eso, un sarcófago, pero con el tiempo se procedió a colocar sobre la tapa el bulto yacente del difunto, mayoritariamente en posición yacente pero en menor medida posición orante.
En los estilos gótico flamígero, plateresco, renacentista y manierista el arcosolio se decora con profusión de detalles.