Y también de las principales ciudades portuguesas, a las que viajó Laurent en el año 1869.
Editó sucesivos catálogos (entre los años 1861 y 1880) relacionando todas sus fotografías a la venta.
Además de las fotografías que vendía por catálogo, Laurent tomaba otras vistas por encargo.
Estas fotografías se creía que pudieron ser encargadas como modelo para grabados,[2] pero fueron realizadas para uso del restaurador Salvador Martínez Cubells,[3] cuando la Quinta de Goya era propiedad del barón de Erlanger.
Y, como era un encargo privado, Laurent nunca comercializó estas fotografías; aunque sus sucesores sí que las difundieron, hacia 1890, cuando las pinturas ya habían sido transferidas a lienzo y donadas al Museo del Prado.
La gran mayoría de dichos negativos se almacenan en posición vertical, para evitar presiones.
[10] Otro archivo destacado es el Loty, con negativos para realizar tarjetas postales fotográficas, entre los años 1926 y 1936.
Son cajas en las que se vendían placas y papeles fotográficos sensibilizados.
El fotógrafo José Lacoste, que trabajó hasta 1915, debió probar las placas Welter.