En la mitología griega, las «Maldiciones» o Arae (griego antiguo: Ἀραί, Araí) eran una suerte de personificaciones o epítetos divinos, particularmente referidas a las maldiciones impuestas por los fallecidos sobre los culpables del crimen.
Son figuras alegóricas especialmente utilizadas en la tragedia y como tal están asociadas con las erinias.
Tienen su hogar en el inframundo como ocurre con otros seres de naturaleza similar.
Marpesa las invoca en contra de su padre Eveno por no permitirle casarse con Idas:«Y [Marpesa] desmesuradamente se irrita con su padre y suplica, la desgraciada, a las Maldiciones subterráneas, que él cumpla una maldita vejez más larga.
Él, que impedía sus bodas manteniéndola sola dentro de casa, y así se le volverán los cabellos blancos en la cabeza».