En particular, la apomorfina atenúa los déficit motores inducidos por lesiones en la vía ascendente dopaminérgica nigroestriada con la neurotoxina 1-metil-4-fenil-1 ,2,3,6-tetrahidropiridina en primates.
[2] La apomorfina produce abundantes reacciones adversas en forma de reacciones vegetativas: náuseas y vómitos, hipotensión ortostática, palidez, sudoración, mareo, lagrimeo, salivación, sed y bradicardia.
La sedación es bastante limitante, pero puede ser útil para controlar las discinesias de la terapia con levodopa.
Hay que administrarla por vía parenteral, generalmente subcutánea, y aparece tolerancia con cierta rapidez.
Para el control eficaz de los síntomas, los enfermos necesitan a veces tres inyecciones o más al día.