Dada su escasez no puede existir un paisaje aplítico ni se puede usar en la captación de agua.
Es buena roca para edificación, árido para hormigones, balasto y macadam, pero dura para el machaqueo.
El inconveniente es que sus yacimientos no se prestan para su explotación, pues son pequeños y dispersos.
Generalmente las venidas de agua pueden estar ligadas a filones y diques aplíticos.
Si la excavación se realiza totalmente en aplita, el sostenimineto es tan bueno como el granito y únicamente en los contactos con la roca encajante puede ser necesario algún tipo de sostenimiento.