Antonio de la Rosa

[3]​ Antonio, junto a José Luis Bruna de Quixano —el delegado del Gobierno en el Consorcio— habían desplegado una operación que duró de 1975 a 1979.

El dinero estafado sirvió para comprar coches de lujo a señoritas de compañía, un barco recreativo, una discoteca, diversas fincas y también para hacer algunas inversiones.

En 1995, su hijo Javier, aseguró que su padre había muerto de infarto en París.

[2]​ En 1997, la Audiencia Provincial de Barcelona archivó las actuaciones por el presunto fraude, tras haber transcurrido quince años desde la fecha en la que se produjeron los hechos y, por tanto, haber prescrito los delitos imputados.

Semanas después, se supo que Antonio de la Rosa había regresado a Barcelona, donde falleció en 2004.