[2] Al estallar la Guerra Civil Española, se presentó inmediatamente como voluntario junto con sus hermanos al comandante Salvador Arizón Mejías,[3] cabeza de la sublevación militar en Jerez de la Frontera.
[4] Desarmado, murió a manos de los milicianos,[5] siendo previamente «brutalmente linchado y salvajemente mutilado».
[6] Las circunstancias en que tuvo lugar su muerte y la violencia empleada por sus captores, junto con la entereza con que proclamó su fe en los últimos instantes, gritando continuamente «¡Viva Cristo Rey!», hicieron que inmediatamente después de acabada la guerra se le dedicasen dos extensas biografías: Antonio Molle Lazo.
Antonio Molle Lazo, obra del carmelita Hilarión Sánchez Carracedo, Septimania, 1940.
El régimen franquista le dedicó una calle en Jerez tras la construcción de la Barriada España, pero se le cambió el nombre en 2017 apelando a la Ley de la Memoria Histórica.