[4] En Peñaflor las fiestas especialmente importantes a lo largo del año son la Romería y la Feria en honor de Ntra.
Resulta sumamente interesante, pues, que hacia los principios del siglo II d. C., las necesidades de Celti fueron tales que se desamortizó el centro político/comercial de la ciudad.
Quizás lo desplazaron hacia otro sitio dentro de la ciudad por razones que se desconocen.
Según los datos que disponemos parece que abandonaron la casa en un momento impreciso durante el siglo IV d. C. Coincidiendo con el comienzo del abandono de la mayor parte del sitio.
Basa y columnas en los cuatro ángulos exteriores de la Iglesia Parroquial.
No está claro su origen, pero se cree que su función sería defender Celti de posibles crecidas del río o de los peligros que pudieran llegar por él.
E incluso ahora siguen siendo en algunas casas habitaciones de desahogo o trasteros.
En esta cueva en concreto, visitable, aún podemos ver la cocina en esta cueva, y ahora está la piedra desnuda, salvo algunas partes donde se ha dejado la cal y la pintura de la que estaban cubiertas cuando eran una parte más de las casas, al igual que las hornanicas y arcosolios de la antigua tumba romana.
La ermita, igualmente mudéjar, es una obra posterior y está adosada al flanco oeste del torreón.
La primera fase la realizó el arquitecto Antonio de Figueroa, actuando como maestro de obras Antonio Caballero, alarife ecijano que labró las portadas norte y sur.
En el interior, destacan un Crucificado del siglo XVI, situado a los pies de la nave de la Epístola; el retablo mayor neoclásico y el decorativo retablo de la Capilla Sacramental, tallado y dorado en la plenitud del barroco, decorado con columnas salomónicas y con óleos sobre tabla cuya iconografía se refiere a los Misterios del Rosario.
Es también una obra notable el órgano de la parte alta del coro, que se montó en la iglesia en 1801.
Desde los años cuarenta hasta los setenta del pasado siglo fue utilizada como casa-cuartel de la Guardia Civil.
Es una casa-patio que responde al esquema sevillano de esta tipología arquitectónica.
Ambos fueron un gran avance en la industrialización de Peñaflor, sumado a la industria minera.
La empresa fue cambiando de dueños y, el edificio primitivo construido en piedra, se incendió en 1924, reconstruyéndose en 1926.
En su siglo de historia estuvo siempre movida por energía hidráulica producida por el Guadalquivir, a través de la aceña con unas turbinas eléctricas que no solo daban electricidad a la fábrica, sino que también al pueblo e incluso a otros lugares cercanos.