Con deseos de saber a los 15 años su padre le envió a Valladolid para cursar filosofía en la Universidad y en tres años se graduó bachiller en Artes; en enero de 1765, cuando aún no tenía cumplidos 20 años, ingresó en la Orden de San Agustín, profesando en Valladolid; estuvo luego en Salamanca, donde estudió Teología, griego y hebreo.
Después se ordenó sacerdote y se dedicó a la enseñanza y a desempeñar cargos en su orden.
En 1800 era ya rector del Colegio Doña María de Aragón y publicó Opúsculos de San Agustín, aunque ya en el capítulo de 1779 la Provincia le encargó que escribiera un Curso Filosófico y en 1789 le fue otorgado el magisterio al fallecer el padre Manuel Buencuchillo.
Los josefinos le ofrecieron una canonjía en Palencia, pero rechazó patrióticamente el nombramiento; con la restauración cesó en 1814 como vicario y pasando al cargo de Asistente General de la Orden.
En 1819 y 1826 editó los tomos XLIII y XLIV de esta obra y a la muerte del padre Juan Fernández de Rojas en 1819, fue nombrado procurador general y en 1823 vicario de los Agustinos; algunos le acusaron de haber ocupado el cargo intrusamente, pero en el Capítulo General de 1827 protestó y fue borrada esa injuria del registro general.