Fue fundado en 1831 en las afueras de la Puerta de Fuencarral e inmediato adonde se hallaba entonces el antiguo Polvorín.
[1] Participó el arquitecto Narciso Pascual y Colomer.
[2] Constaba al principio de un solo patio; pero luego se fue ampliando con otros adicionales y construyendo extensas galerías de nichos, dejando espacio para los jardines que adornaban el lugar.
Pedro Felipe Monlau lo describe así en su Madrid en la mano ó El amigo del forastero, publicado en 1850:[3]
[4] El cementerio, que en 1846 experimentó una importante ampliación,[5][3] en 1910 se encontraba clausurado y en ruinas.