Su representante más conocido es la Artemia salina, aunque debido al auge de la acuicultura, la especie que más se comercializa a nivel mundial es la Artemia franciscana.
Su forma no ha cambiado desde el Jurásico,[cita requerida] y se consideran fósiles vivientes.
Se los encuentra en charcos y lagunas, generalmente salinas, temporales.
Se diferencian de otros branquiópodos por no presentar exoesqueleto (cutícula rígida) ni ninguna otra estructura protectora.
Las hembras, durante la época de reproducción, presentan un ovisaco claramente visible.