El término anorexia proviene del griego a-/an- (negación) + órexis («apetito», «hambre»; «deseo»), y se emplea, en general, para describir la inapetencia o falta de apetito;[6][7][8] este síntoma puede ocurrir en circunstancias muy diversas, tales como estados febriles, enfermedades generales y digestivas o simplemente en situaciones transitorias de la vida cotidiana.La anorexia por lo tanto es un síntoma que puede aparecer en muchas enfermedades y no una enfermedad en sí misma.En 1860, Louis-Victor Marcé describió por primera vez un desorden del estómago, con un predominio en el sexo femenino.Casi de manera simultánea, este concepto lo recuperaron e identificaron: en París, en 1870, como anorexia histérica, Charles Lasègue, quien utilizó esta expresión para resaltar el origen psíquico de las alteración alimentaria,[20] y en Londres, como anorexia nerviosa, William Withey Gull, quien utilizó este término por primera vez en una conferencia en Oxford y la describió como una enfermedad de origen psicológico.[30] Por tanto, el trastorno afecta principalmente a los adolescentes, aunque últimamente se están registrando cada vez más casos en adultos e incluso entre personas ancianas.[35] La proporción hombre-mujer, según una investigación[33] es de 1:10; otros estudios han encontrado una menor diferencia entre los sexos, que llega incluso a 1:8.Sigue siendo significativa la influencia del modelo occidental, lo que aumenta la difusión de la anorexia nerviosa en el mundo.[52] Argentina ostenta un alto consumo de anorexígenos, y es el segundo consumidor a nivel mundial.Sin embargo, los trastornos alimentarios también podrían tener causas físicas de origen bioquímico, y la disfunción serotoninérgica parece desempeñar algún papel.[64] En general, todas las personas con enfermedades gastrointestinales presentan un mayor riesgo de desarrollar trastornos alimentarios, principalmente restricciones en la alimentación.Por un lado, determinados pacientes no tienen conciencia de la importancia de seguir estrictamente la dieta y siguen consumiendo por diversos motivos los alimentos que desencadenan sus síntomas, como por ejemplo para perder peso, tal como se ha documentado en algunos pacientes con enfermedad celíaca, con síndrome del intestino irritable o con enfermedad inflamatoria intestinal.En la literatura científica se sugiere que en el origen de la anorexia nerviosa hay una comorbilidad psiquiátrica positiva previa o un pariente con trastornos en la esfera obsesivo-compulsiva, y esta comorbilidad explica la estructura obsesiva compulsiva presente sobre todo en una de las dos formas del trastorno.[69] En los últimos años la atención se ha centrado en la genética y en este sentido, los investigadores están tratando de determinar las posibles causas del trastorno.[71] Tal operación anormal se cree que es una posible causa de la anorexia, pero los resultados son contradictorios.Los genes resultantes fueron: FOXP1, MGMT1, CADM1 y PTBP2, los cuales se cree que podrían desempeñar un papel en la etiología de esta compleja enfermedad.[73] Ya en el pasado se asumió una forma de familiaridad del trastorno,[74] hipótesis confirmada por estudios posteriores[75] que muestran una mayor prevalencia en los gemelos monocigóticos.[76] Los estudios más recientes sobre heredabilidad, muestran que los síntomas del trastorno tienen cada uno un diferente grado de difusión.[78]) En último término, esos estudios apuntan a que la alteración de los cromosomas 1, 2 y 13, con lugares específicos,[79] es un requisito previo para la aparición del trastorno.[73] La desregulación metabólica podría contribuir a la dificultad que tienen los pacientes con anorexia para mantener un IMC sano.Los criterios estándar recomendados por el manual psiquiátrico para un correcto diagnóstico de la anorexia nerviosa son:[80] El estrés psicológico puede expresarse a través de la ansiedad o la depresión, pero en cualquier caso pone en cuestión las relaciones y modelos culturales.En el mismo estudio meta-analítico se destacó que las manifestaciones son halladas principalmente a nivel cardiológico son:[99] Las personas con trastornos gastrointestinales, principalmente enfermedad celíaca, presentan un mayor riesgo de desarrollar anorexia nerviosa, tanto en los casos no reconocidos ni tratados como en los casos diagnosticados.Incluye comprobar el estado nutricional de una persona y dar los alimentos o nutrientes apropiados para tratar afecciones.[115] La terapia farmacológica para la anorexia nerviosa están en constante evolución, pero aún no está claro cuál es el tratamiento de elección.La terapia familiar, a menudo deseada por los miembros del grupo familiar,[118] ponen en entredicho todo el sistema relacional del grupo familiar, que se cree que tienen un papel patogénico importante y patoplastico en el nacimiento, evolución y mantenimiento del trastorno, esta forma de intervención clínica generalmente lleva a obtener buenos resultados.[120] En los casos en que la vida puede estar en peligro, como en la extrema delgadez con consecuencias clínicas significativas, puede ser necesaria la hospitalización, aunque esté ausente la voluntad o la conciencia del trastorno de la persona involucrada.En el caso de la anorexia nerviosa hay diferentes escuelas de pensamiento, que se reflejan en las siguientes ubicaciones: Con el fin de entender si una persona que padezca el trastorno puede decidir por sí misma si, en los Estados Unidos se ha estudiado en un cuestionario, denominado MacCAT-T,[125] que todavía se considera una valiosa herramienta.[128] Se han hecho estudios para comprender si el tratamiento es eficaz coercitivo, y señaló que en la práctica se utiliza muy poco y solo cuando hay tres factores: Hay un programa de control alemán, denominado «PriMa», efectuado sobre niñas de 12 años o mayores.Los casos de muerte también se registran por suicidio, y llegan a un máximo del 5 %, aunque dividido por década.[136] En cuanto a los resultados que tienen los trastornos más marcados de la personalidad (grupo C), a una distancia de 6 años después del final del tratamiento[137] y también próximos 10 años, los estudios muestran resultados positivos en cuanto al peso, así como también a los trastornos físicos (tales como hirsutismo) y diversos trastornos relacionados con las manifestaciones psicológicas-psiquiátricas:[138] En tales casos, los resultados realmente muy positivos se acercan al 40 %.[143] Incluso el estudio meta-analítico más importante llevado a cabo sobre la incidencia del suicidio de la anorexia nerviosa, realizado por los italianos, confirma estas cifras, y añade que la incidencia en la población que no se ve afectada por el trastorno es mucho menor.
Santa
Catalina de Siena
(25 de marzo de 1347 a 29 de abril de 1380) sufría anorexia nerviosa.
Charles Lasègue
(5 de septiembre de 1816-20 de marzo de 1883), quien acuñó el término
anorexia histérica
.