[1][4] Moroze, R., Dunn, T., Holland, C., Yager, J. y Weintraub, P. la identifican como un «tipo de alimentación estricta», aunque los que la padecen la consideran limpia.
Dedican mucho esfuerzo a organizar su dieta y planificar con tiempo de sobra lo que consumirán en el día; se desplazan grandes distancias para conseguir alimentos especiales o puramente ecológicos, analizan sus componentes y abandonan sus actividades diarias para poder llevar a cabo su patológico modo de vida.
[cita requerida] Según ha explicado el nutricionista y naturópata del Instituto Médico de la Obesidad (IMEO) Rubén Bravo,[cita requerida] este fenómeno puede incrementarse en los próximos años, ya que la sociedad actual '«tiende a los extremos'» y las personas, o se cuidan en exceso, o no se cuidan nada, y «tienden a la autodestrucción con la comida, como ocurre con la obesidad».
Los pacientes suelen tener deseos fuertes y hasta incontrolables de comer cuando estén nerviosos, emocionados, felices, ansiosos o con remordimiento.
[cita requerida] Ya sea en busca de una cura para un trastorno específico, o simplemente excediéndose en su preocupación por llevar una alimentación sana, los ortoréxicos desarrollan sus propias reglas alimentarias.
Con el tiempo, la importancia del comer sano aumenta hasta convertirse en una obsesión que perjudica el bienestar de la persona.
[7] Para una paciente con ortorexia, es precisa la ayuda interdisciplinaria para no solo hacer frente al posible déficit alimenticio que sufre, sino para tratar el problema desde la base atendiendo a sus creencias y aprendizaje.
La evidencia científica no parece llegar a un consenso que marque un protocolo o tratamiento específico para la ortorexia nerviosa.
[8] Sin embargo, es vital un apoyo interdisciplinar desde una orientación cognitivo-conductual en el que se combine la terapia psiquiátrica con un abordaje a nivel nutricional.
Esto es clave para ayudar al paciente a darse cuenta de que existe un problema en la conducta alimentaria.