Ana de Francia

De esta unión nacieron dos hijos: Carlos VIII contaba trece años y medio de edad cuando murió su padre Luis XI; la mayoría real estaba fijada en los catorce años.

[3]​ Estas acciones provocaron enfrentamientos con los príncipes del reino, pues ambicionaban quedarse con la corona.

Sin embargo, supo contener a la nobleza manteniendo la autoridad real y la unidad del reino contra las pretensiones del duque de Orleans y poniendo término a la Guerra loca en 1488 en Saint-Aubin-du-Cormier.

Las polémicas empezaron inmediatamente después de morir Luis XI.

Ana convocó a los Estados generales en Tours a fin de evitar las presiones de París, y para congraciarse con los grandes del reino, tuvo que sacrificar a dos consejeros de su padre: Jean Doyat y Olivier Le Daim.