Como su padre no quería ver ningún verso impreso bajo su "respetable" apellido, ella decidió adoptar el de su bisabuela tártara, Ajmátova, como pseudónimo.
Allí se casó en 1910 con Nikolái Gumiliov, poeta famoso, promotor del acmeísmo, corriente poética que se sumaba al renacimiento intelectual de Rusia a principios del siglo XX.
En ese mismo año nació su único hijo Lev, que se convertiría en un famoso historiador neoeurasianista.
Tras esta, Anna se verá afectada, ya que en 1921 su primer marido Nikolái Gumiliov fue acusado de conspiración y fusilado.
En 1945, el joven intelectual británico Isaiah Berlin quiso visitarla antes de regresar a Londres.
Pero esto tuvo trágicas consecuencias ya que su hijo volvió a ser encarcelado durante diez años.
La poeta fue calificada por Zhdánov como "una representante del pantano literario reaccionario apolítico" ("одним из представителей этого безидейного реакционного литературного болота").
En 1962, Ajmátova estuvo propuesta al Premio Nobel de Literatura, pero no lo consiguió.
También tradujo las obras completas de Rabindranath Tagore en ocho volúmenes, al ruso.
Ajmátova promovía el uso de la artesanía y la forma poética rigurosa por encima del misticismo o las incursiones espirituales en la composición, favoreciendo lo concreto sobre lo efímero.
[5] Tarde y sus cuatro libros siguientes eran en su mayoría miniaturas de lírica sobre el tema del amor, atravesadas por la tristeza.
[5] La crítica Roberta Reeder señala que los primeros poemas siempre atrajeron a un gran número de admiradores: "Porque Ajmátova era capaz de captar y transmitir la vasta gama de emociones cambiantes que se experimentan en una relación amorosa, desde la primera emoción del encuentro, hasta un amor cada vez más profundo que se enfrenta al odio, y finalmente a la violenta pasión destructiva o a la indiferencia total.
[6] Tras la represión artística y la condena pública por parte del Estado en la década de 1920, muchos en los círculos literarios y públicos, tanto en el país como en el extranjero, pensaron que había muerto.
En cierta medida, representó un rechazo a su propia obra romántica anterior, ya que asumió el papel público de cronista del Terror.
[11] Sus ensayos sobre Aleksandr Pushkin y Poema sin héroe, su obra más larga, sólo se publicaron después de su muerte.