Animación suspendida es la ralentización de los procesos vitales por medios externos sin llegar a la muerte.
La respiración, los latidos del corazón, y otras funciones involuntarias pueden enlentecer, pero este proceso solo puede ser detectado por medios artificiales teniendo presentes los fenómenos físicos y químicos involucrados en el congelamiento de la materia viva.
Fuera de la ciencia ficción, la técnica nunca se ha aplicado a seres humanos por más que unas pocas horas.
La criopreservación se ha empleado en un embrión animal, deteniendo todos los procesos biológicos, incluyendo la actividad enzimática intercelular, la respiración celular, su metabolismo, crecimiento y multiplicación de la célula, logrando ser reanimado después de un corto o largo período de tiempo, sin perder su capacidad de desarrollarse y nacer vivo.
La hipotermia, sin embargo, solo ofrece una cantidad limitada de tiempo en el que operar y existe un riesgo de que los tejidos en el cerebro puedan sufrir daños durante períodos prolongados.