Aniconismo

Algunos elementos de las personas u objetos sometidos al aniconismo son más sensibles que otros en cuanto a su representación.Los retratos son el objeto artístico más común: prácticamente en todas las culturas se utilizan máscaras como medio para proteger la privacidad o asumir otra identidad, y su representación en ocasiones se asocia a la retirada del poder, la vida o incluso el alma de los representados.Sin embargo, es más común ver el término aplicado a elementos materiales, bidimensionales (pintura) o tridimensionales (estatuas).Por lo general se limita a las circunstancias específicas de espacio (por ejemplo, pueden no encontrarse imágenes figurativas en el interior de las mezquitas, pero sí fuera en sus paredes), tiempo (las sinagogas en general no están pintadas, pero la más antigua que se conserva, la Sinagoga Dura Europos de Siria, del s. III-IV, sí posee pinturas), objeto (en África, el "Dios Altísimo" no posee ninguna estatua o pintura, pero las deidades menores sí tienen) o modalidad.[1]​ Aunque el aniconismo es más conocido en relación con las religiones abrahámicas, ciertos patrones básicos son compartidos con otras creencias religiosas como el hinduismo.[4]​ En el monoteísmo, el aniconismo toma forma a través de determinadas consideraciones teológicas y sus contextos históricos.Especialmente en momentos de crisis, las representaciones llegan a ser consideradas como un lujo amenazante, que detrae recursos de donde más se necesitan, convirtiendo las razones económicas en un factor cultural no específico que ha contribuido en ocasiones al aniconismo.En relación con el arte islámico, el término "aniconismo" parece haber sido acuñado por Oleg Grabar, en el "Postscriptum" de 1987 a su obra The Formation of Islamic Art.Sin embargo, hay un corto pero esencial periodo para el proceso político en el que interviene de modo crucial el aniconismo.Algunos estudiosos modernos, que trabajan en diversas culturas, sostienen que en algunos casos la idea de aniconismo religioso es una construcción intelectual para satisfacer las intenciones y contextos históricos, en lugar de una realidad tangible (Huntington para el Budismo, Clément para el islam o Bland para el judaísmo).Una característica común, sin embargo, en todo el continente es que al "Dios Altísimo" no se le da forma material.Sobre las tribus germánicas, el historiador romano Tácito escribe lo siguiente: "no se consideran a sí mismos suficientemente poderosos para representar dioses en las paredes o para mostrarlos con una forma humana".[11]​ Dicha observación no es trasladable a todos los pueblos germánicos (como demuestran por ejemplo las Piedras de Ardre).
Ofrenda floral tradicional ante un Lingam (representación simbólica del dios Shivá ), en Varanasi , India .
Una simple cruz: ejemplo de arte iconoclasta en la iglesia de Hagia Irene (Santa Irene) de Constantinopla .
La figura presenta un ejemplo raro de una sinagoga pintada (escenas del Libro de Ester , siglo III - IV , Imperio Bizantino , Dura Europos , Siria .
La representación ha tomado un papel importante en la popularización de la ciencia. Desde hace años, la NASA utiliza artistas para realizar aproximaciones artísticas a posibles futuros logros científicos. En la imagen, concepción artística de la terraformación de Marte. En el centro se halla el Valles Marineris .