También es eficaz en la detección de fugas o daños causados a los vasos sanguíneos que la nutren.
Cuando llega a los vasos de la retina emite una fosforescencia característica que se puede captar mediante unas cámaras especiales.
Pese a que los espectros de emisión y absorción están bastante próximos, sólo es posible detectar las sustancias fluorescentes si se emplean los filtros de excitación y absorción adecuados.
Las reacciones moderadas requieren intervención médica y en su mayoría se resuelven por completo, como son las tromboflebitis, prurito, urticaria, sincope, fiebre y necrosis tisular local, cambios de humor, desorientación.
Las reacciones graves precisan una intervención intensa y pueden tener una recuperación variable o resultan, en ocasiones, fatales, como es el caso del edema laríngeo, broncospasmo, anafilaxia, shock, infarto de miocardio, paro cardiorrespiratorio y convulsiones.