[1][2] Puede existir algún defecto en el ojo (por ejemplo, una miopía), pero este no justifica la pérdida de visión.
Es posible que la ambliopía afecte a ambos ojos, si ambos han sufrido un periodo largo de privación visual.
El tratamiento se basa en tres pilares fundamentales: Los niños deberán ser controlados periódicamente, con la frecuencia necesaria, hasta los doce años de edad.
El tratamiento en la edad adulta había sido descartado basándose en la idea del "periodo crítico", a saber: nuestro sistema visual pierde su plasticidad y su capacidad para cambiar después de cierta edad, que se sitúa entre los 8 y los 10 años.
No obstante, trabajos realizados por Zhong-Lin Lu en la Universidad del Sur de California (University of Southern California) están consiguiendo resultados positivos entrenando el "ojo vago" de personas adultas con estímulos visuales.
[4][5] El experimento consistió en proyectar en un ordenador diferentes estímulos visuales, que los participantes veían primero con un ojo y después con el otro.