Amália dos Passos Figueiroa

Sin embargo, cuando su hermano terminó el trabajo, Amália tuvo que regresar a su ciudad natal.

Comenzó entonces a sentir una gran inspiración poética, pues por primera vez conoció íntimamente la fuerza del amor que cantaba en sus poemas.

[5]​ El futuro de Amália le parecía muy feliz, hasta el día en que Don Pedro II vino a visitar Puerto Alegre.

Se preparó una presentación artística para el emperador y su esposa, Doña Teresa Cristina, en el Teatro São Pedro.

Murió joven, a los treinta y tres años, víctima de la tuberculosis.