Apu (divinidad)
Los apus (del quechua apu, 'señor, jefe') son, en el periodo moderno, montañas tenidas por vivientes desde épocas preincaicas en varios pueblos de los Andes (Ecuador, Chile, Perú y Bolivia, principalmente), a los cuales se les atribuye influencia directa sobre los ciclos vitales de la región que dominan.[4] En estos cerros tutelares o apus existían estructuras o plataformas de piedra donde se desarrollaban diversos ritos específicamente en los santuarios de altura como el Aconcagua, entre los que se cuentan sacrificios humanos llamados capacocha (quechua: qhapaq ucha).Los apu-huamanis regionales se caracterizaban por su altitud o por tener nieves perpetuas, a diferencia de los apu-huamanis locales, cerros o lomas que destacaban por sobre su entorno, como el cerro San Cristóbal[5] de Lima y posiblemente el cerro Apoquindo, en Santiago de Chile.Especialmente en estos últimos luego de la conquista española fueron implantados elementos católicos, como la cruz cristiana, para borrar las ceremonias «paganas» del imaginario colectivo.[6] De acuerdo con el arqueólogo Johan Reinhard en su libro The Ice Maiden, existen al menos las siguientes cumbres andinas con sitios incas caracterizados por su altura y posiblemente asociados a huamanis, ordenados de norte a sur, en m s. n. m.: Un pampamisayoc es una especie de sumo sacerdote andino que recibió su vocación durante un sueño durante una inmersión en un lago helado o si sobrevivieron al impacto de un rayo.