Alfonso de Argüello

Embajador del rey de Castilla junto con el doctor Alfonso Rodríguez, al sínodo convocado en 1397 para solucionar el Cisma.

Benedicto XIII le nombró obispo de León (1403-1415), ciudad en cuyos acontecimientos participó activamente.

Promovó las ordenazas del hospital de San Lázaro.

Tuvo sus encontronazos con parte del cabildo catedralicio, con algunos miembros del regimiento y con los Quiñones de León, familia poderosa.

[10]​ En 1429 desapareció en circunstancias misteriosas; según algunos autores fue recluido, ejecutado y sepultado en secreto en el convento del Carmen de Zaragoza por orden de Alfonso V de Aragón debido a sus tratos con el rey Juan II de Castilla y su condestable Álvaro de Luna en perjuicio del monarca aragonés;[11]​[12]​ según otros, fue la reina María quien ordenó su muerte en el palacio de la Aljafería por haberla faltado al respeto, lanzando después su cuerpo al río Ebro.