Su poesía se dirigía a un reducido grupo de amigos y adeptos, con un muy elaborado culteranismo, lo que le valió el sobrenombre de "El Difícil".
Utilizó a Ovidio para su gran poema Deucalión (editado póstumamente en el Parnaso español de 1770 y luego en 1854 por Cayetano Rosell).
Se han conservado también romances, sonetos, elegías, etcétera y un poema denominado Las ruinas.
Pensamientos tristes, que anuncia ya la sensibilidad del Prerromanticismo en hermosas series de endecasílabos blancos.
Entre los principales estudiosos de este poeta hay que citar en especial a Nicolás Marín.