[2] Se mostró contrario al regreso de Fernando el Católico y, por otro lado, apoyó la llegada al trono de Carlos I de España, a quien acompañó en sus viajes a Zaragoza (1518) y Barcelona (1519), no sin antes hospedarlo en el palacio que poseía en Valladolid.
Alonso conservó la prebenda y, sin embargo, consiguió restablecer la feria.
[9] En torno a esos días, se dirigió a una villa de su feudo, Castromocho, y reprimió violentamente el conato antiseñorial que surgía al calor de la revuelta comunera.
[10] Se halló en la batalla de Tordesillas, aunque previamente había adoptado una postura no beligerante, basada en no precipitar los acontecimientos sino, en cambio, en hostigar a los comuneros con pequeñas incursiones militares.
[2] Cerca del mismo se levantó otra pequeña residencia, denominada «El Jardín», donde habitaban los distintos animales exóticos propiedad del conde-duque: desde camellos a leones, pasando por leopardos y elefantes.