[1] Los españoles creían que debía de haber una vía marítima que desde el golfo de México conectase con el océano Pacífico y permitiese llegar a Asia.
Navegó hacia la Península de Yucatán, pasando por su extremo Noreste, sin tocar tierra, para proseguir con rumbo Noroeste atravesando por el centro del Golfo de México, y luego torcer rumbo hacia la costa septentrional del Golfo.
Navegó río arriba unos 30 kilómetros, logrando ver o descubrir alrededor de 40 poblados en las orillas de ese gran y profundo río que nombró del «Espíritu Santo».
Cortés no estaba dispuesto a negociar y apresó a los mensajeros, por lo que Álvarez de Pineda decidió retirarse ante el temor de, y para evitar, que también le apresasen, tomando con rumbo Norte.
[1] Después de que fueran hechas las reparaciones, las naves regresaron a Jamaica, presentándole sus pilotos a Garay un mapa de toda la costa del Golfo «en proporciones más o menos precisas».
A su llegada, se encontró con que los huastecas estaban asediando la aldea.