Ambas fueron declaradas Bien de Interés Cultural en 2004, y así como la capilla que alberga el antiguo recinto.
[3][4] Durante el siglo XVIII, convertido en cuartel, sufrió una reforma, proyectada en 1728 por el ingeniero militar Martín Gil de Gaínza Echagüe, que añadió un aljibe, una cocina, un baño y lavaderos, además del edificio del cuartel, el cual, de sin embargo, nunca llegó a construirse.
En 1882, cuando el muro oriental del recinto ya había desaparecido, urbanizado y las torres de la puerta transformadas en vivienda (aunque todavía se mantenían buena parte de los huertos y jardines), el Archiduque Luis Salvador publicó el volumen del Die Balearen referido a la ciudad haciendo esta descripción:[5]La entrada principal [del Temple] da a la plazoleta del mismo nombre y, aunque encalado y modernizado, el edificio, actualmente modesto, con las dos torres junto a la entrada, recordaría todavía el carácter de su antiguo origen caballeresco, aunque no hiciera memoria un antiguo escudo de armas de los templarios.
Un arco redondo conduce a un jardín que queda rodeado por el patio del edificio antiguo.
[3] Durante el emirato de Mubachir Nassir-ad-Dawla, a principios del siglo xii, Madina Mayurqa construyó un segundo recinto amurallado, mucho mayor que el anterior, que contaba con siete u ocho puertas.
Cuando reconstruyeron y restauraron la muralla, los mallorquines protegieron aquella parte de la ciudad con la construcción del castillo o almudaina de Gumara, que no sería más que un espacio fortificado.
[3] Construida y destruida toda la parte del muro de poniente, en 1886 el médico Tomàs Darder i Ensenyat compró el antiguo recinto e hizo construir y destruir toda la cara sur.