Estas edificaciones erigidas a partir de 1868 posterior al bombardeo de Valparaíso en 1866, fueron fundados siguiendo patrones estándares originados en la Europa del siglo XIX, perfeccionados durante y posterior a la revolución industrial, lo que se denomina como arquitectura “Industrial”.
Esta medida fue el primer paso para el establecimiento definitivo de los primeros Almacenes Fiscales en Valparaíso, los que jugaron un papel importante en otorgar al puerto una posición de privilegio en las costas del Pacífico Sur.
De esta forma, el año 1841, se aprueba una nueva ley que autoriza al Gobierno a reformar por completo el complejo aduanero existente en Valparaíso, a la vez que se le permite fijar nuevos derechos aduaneros.
[1] Para el año 1846 se promulga una nueva ley, que autoriza al Gobierno a invertir $500.000 en la construcción de los nuevos almacenes en los terrenos situados entre el Castillo de San Antonio y los Arsenales de la Marina;[1] estos terrenos comprenden lo que hoy denominaríamos los faldeos del Cerro Artillería y Quebrada Taqueaderos.
Esta primera gran obra, a cargo del Ingeniero Augusto Charme, contaría con tres grandes edificios que contendrían una capacidad total de dos millones de pies cúbicos, en tres pisos, más un subterráneo cada uno.
Esta gran obra no contó con financiamiento estatal directo; pues, en 1850, tras el fracaso del ejecutivo por conseguir del Congreso un suplemento de 80 y tantos mil pesos para la obra de los almacenes fiscales,[6] en 1851 este debió comenzar una nueva cruzada para tramitar en el Congreso la autorización para levantar un Empréstito, una alternativa legal a la época que finalmente permitió reunir el dinero suficiente para su construcción.
[1] Finalmente, estos tres primeros Almacenes fueron terminados durante la recién iniciada administración del Presidente Manuel Montt, entre los años 1851 y 1854.
[9] Y forma parte importante de la biografía del célebre Arturo Prat Chacón, héroe nacional, el cual participó heroicamente en la infructuosa lucha por detener la amenaza que provocaba aquella embarcación.
[13] El Almacén más largo, el primero en ser construido, fue el que mejor resistió el embate español.
[14] Aprobados los planos, el proyecto tardaría aún mucho más en reaparecer en la historia; desafortunadamente, en 1872 el Gobierno de don Federico Errázuriz Zañartu conduce al país a una crisis económica sin precedentes en la historia nacional.
[14] Las vigas fueron encargadas, por el gobierno de Errázuriz, directamente desde Old Park Works, Wednesbury, Inglaterra, desde la Fundición “Lloyds, Foster & Co´s” (L. F. & Co.
Esto trajo un ahorro efectivo que se elevó rápidamente a más de 90.000 pesos.
El Contador Goñi participa directamente en el Combate Naval sobreviviendo a este, siendo tomado prisionero y canjeado 7 meses después.
Puesto que era económicamente poco rentable expandirse sobre el mar, la decisión repercutió sobre los viejos Almacenes Fiscales.
Gracias a las restauraciones realizadas por Ojeda en el subterráneo del Almacén N.º 2, (Antiguo Almacén N.º 5), el Centro de Abastecimiento creó una majestuosa Sala Histórica, que viene a conmemorar el glorioso pasado de esto antiguos edificios.