Se especializó en la microbiología, promovió el cultivo y la industrialización del amaranto.
Se trasladó a la Ciudad de México para ingresar a la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) donde obtuvo el título de químico, bacteriólogo y parasitólogo.
Cursó una maestría microbiología y botánica en la Escuela de Graduados de la Universidad Northwestern en Evanston, Illinois y un doctorado en microbiología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Inició sus labores docentes en su alma mater, fue fundador de las clases de botánica criptogámica y ciencias del suelo.
[2] Por otra parte, en su honor se instituyó en 1994 la Cátedra “Alfredo Sánchez Marroquín” en la Universidad Autónoma Metropolitana y en 1999 el Premio “Alfredo Sánchez Marroquín” por la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería que se entrega de forma bienal a las mejores tesis de esas áreas.