Alfonso Albacete, nacido en Antequera (Málaga) en 1950, se trasladó muy joven con su familia a Murcia, donde fue discípulo de Juan Bonafé.
Sus primeras exposiciones individuales tuvieron lugar a principios de los años setenta en Murcia, Madrid, Sevilla o Valencia.
En 1977, con la carrera terminada, retomó en plenitud la pintura y en 1979 realizó en la madrileña galería Egam una exposición individual que le dio a conocer.
Una generación que fue abandonando experiencias conceptuales anteriores para volver a la pintura desde la perspectiva proporcionada por las vanguardias históricas y las recientes abstracciones.
Alfonso Albacete se inició en el mundo del arte en una pequeña muestra colectiva que organizó Juana de Aizpuru en Sevilla, en 1972.