Estas pequeñas comunidades rurales, profundamente influenciadas por su cultura vasca, mantenían una organización autónoma en las áreas montañosas de los Pirineos.
A lo largo de los siglos, esta zona ha mantenido sus costumbres, dialectos y una estrecha relación con las demás provincias del País Vasco, tanto en Francia como en España.
Alçay-Alçabéhéty-Sunharette continuó siendo un pequeño municipio dentro de una región marcada por su aislamiento geográfico, pero su importancia histórica y cultural ha perdurado a lo largo del tiempo.
La región sigue siendo parte del territorio histórico de Sola, una zona que conserva sus costumbres y su conexión con la lengua vasca.
En la actualidad, Alçay-Alçabéhéty-Sunharette sigue siendo un municipio que, aunque ha modernizado sus infraestructuras, permanece en gran parte rural.
El turismo rural ha empezado a jugar un papel más importante en la economía local, con los visitantes interesados en el patrimonio histórico y la belleza natural de los Pirineos.