Agustín Reche

Practicará también la tendencia expresionista y experimentará en esos tipos de deformaciones, exageraciones, o manipulaciones subjetivas en la representación del referente exterior.

Expone por primera vez individualmente, y consigue varios premios en concursos de rango nacional en Bilbao, Alicante, Valladolid, Granada.

Dentro de la tendencia surrealista, el pintor construye imágenes con referentes no reales, muy subjetivos, composiciones con lenguajes derivados del cubismo.

En algunos cuadros ha representado versiones imaginarias del paso del tiempo como ocurre en "El nuevo San Mamés" y en "Crepúsculo".Otro aspecto importante en su pintura es la incorporación imaginaria de reparaciones en la calle, que podemos observar en muchas escenografías de sus cuadros, como en "Ercilla hacia la Plaza Moyua".

Otras influencias contemporáneas son Gerhard Richter (en lo referente a la tematización de lo visual), Edward Hopper (soledad) y Ralph Goings [4] (reflejos).

[7]​ Utilizando siempre una amplia paleta, la superficie adquiere una especial vibración, que se acerca a la organización del impresionismo con abundancia de fragmentaciones de los campos cromáticos, y con numerosos matices que en ellos encontramos.

Ese acercamiento al pasado se realiza o bien por los aspectos formales: motivo, composición, armonía... "Bilbao.

[8]​ El pintor no imita, escoge, selecciona, ordena y traduce informaciones gráficas de la realidad.

Esta operación abstracta se condensa en un cuadro de aspecto fotográfico, donde la manipulación es evidente.

Este cuadro recuerda al vedutismo, siglo XVIII, por la manera de ver el espacio: desde arriba, con un punto de vista elevado, como algo que informa de un territorio "vista del lugar", utiliza como recurso espacial una marcada perspectiva lineal, plantea dos fachadas escorzadas estableciendo las distancias escalonadas suavemente desde el primer plano hasta un punto en la lejanía que detiene la mirada.

El ojo al mirar un reflejo sobre un cristal solo es capaz de enfocar una imagen, el reflejo o el interior, pero el pintor tiene en su mano plasmar en un cuadro ambas miradas a la vez, convirtiendo la realidad en una fantasía, planteando el juego de realidad/irrealidad.

"[14]​ Las figuras en los cuadros permiten al espectador construir historias a su alrededor, al prescindir de ellas , es más pura la experiencia visual sobre el espacio urbano, sin renunciar nunca a ellas, su presencia se hace más notoria en las últimas obras.

Euskalduna hacia la Misericordia.
Calle Sevilla.
Cafetería Windsor en la calle Marqués del Puerto
Cafetería Windsor en la calle Marqués del Puerto
Cerca de la plaza Usategui con Santurce al fondo.
Cerca de la plaza Usategui con Santurce al fondo.
Galería Bay Sala en la calle Licenciado Poza.
Galería Bay Sala en la calle Licenciado Poza.
Ercilla.