Consiste en macerar por una o varias semanas hierbas aromáticas, flores, semillas, especias y otros condimentos aromáticos en algún aguardiente,[1] el cual es importante que sea de alta graduación, ya que el alcohol absorbe y conserva las propiedades de las hierbas.
Algunas yerbas y especias frecuentemente usados son la albahaca, el ajedrea, el ajenjo, el anís estrellado, la canela, el cardamomo, cáscara de lima o limón, la ciruela pasa, el clavo de olor, el eneldo, la mejorana, la menta, la nuez moscada, el romero, la savia, el tomillo, la yerba gitanera, la yerbaluisa.
Las yerbas se dejan secar por una semana en un lugar oscuro.
Los licores de hierbas tienen una larga tradición en Alemania, Austria y Suiza.
Algunas hierbas comunes en estas mezclas son: Los licores de hierbas han sido ampliamente elaborados por todo el norte de Europa, donde se les asociaban beneficios farmacéuticos.