[1] Históricamente, las primeras aguas carbonatadas se preparaban añadiendo bicarbonato de sodio a la limonada.
Estos sobres proporcionaban un agua alcalina y con litio, al que se lo consideraba beneficioso con propiedades en la curación de varias enfermedades.
Por lo general, el agua carbonatada se consume combinada con bebidas alcohólicas como whisky, Campari, ginebra o vino, aunque hay personas que la suelen consumir por sí sola.
Por ejemplo, en un recipiente con agua a alta presión se disuelve más CO₂ que bajo condiciones atmosféricas normales.
Un ejemplo lo constituye el caso de Chile, donde el color de la tapa del envase determina si el agua embotellada es carbonatada o no; así se tiene por ejemplo: Las formas más popular de agua carbonatada son las saborizadas, y se les llama comúnmente gaseosas o refrescos (aunque este nombre también se aplica a las que no son gasificadas).