Desde 1999, bajo la Revolución Bolivariana del presidente Hugo Chávez, la agricultura ha tenido una prioridad algo mayor.
La fase Valencia, caracterizada por la construcción de montículos habitacionales, indica una evolución hacia prácticas agrícolas más complejas, con la yuca manteniéndose como cultivo principal.
[2] La agricultura en Venezuela durante la Restauración Liberal, especialmente en el mandato del general Cipriano Castro, se inscribe en un complejo entramado de continuidades y rupturas con los períodos históricos que la precedieron y sucedieron.
Este período se destaca por intentos de reforma y modernización que, si bien no lograron consolidarse plenamente debido a diversas dificultades políticas y económicas, sentaron las bases para futuras transformaciones.
[3] La llegada de Castro al poder no solo significó un cambio en la dinámica política del país, sino que también trajo consigo una serie de reformas que buscaban modernizar la economía y el sector agrícola.
A pesar de ello, el período de Castro es crucial para entender la transición hacia un enfoque más moderno y centralizado del Estado, que tendría implicaciones importantes para la agricultura y la economía en general.
Sin embargo, a medida que la industria petroquímica se expandió rápidamente en los años setenta y ochenta, la proporción de la fuerza laboral en la agricultura se redujo de una quinta parte a aproximadamente una décima parte.
[12] El gobierno creó la Misión Agro-Venezuela para apoyar la producción agrícola pequeña y mediana de los alimentos básicos más consumidos en el país.
[15]La tecnología es otro frente en el que el sector agrícola venezolano está rezagado, habiendo perdido su posición de vanguardia desde los años 90.
[15] En cuanto a la seguridad, aunque se ha observado una mejora con la implementación de alcabalas conjuntas en zonas fronterizas, el contrabando sigue siendo un problema relevante.
Fantinel enfatiza la necesidad de contar con apoyo en la lucha contra el contrabando para proteger la producción nacional.
[15]Fantinel sugiere que, con el acceso adecuado a herramientas, financiamiento, combustible, seguridad y maquinaria, Venezuela podría alcanzar un abastecimiento total de los rubros tradicionales en menos de cinco años, subrayando la potencialidad del sector agrícola venezolano para superar sus actuales limitaciones.