Agapito II

Fue elegido papa, al igual que su predecesor, por disposición del príncipe y senador romano Alberico II quien, al igual que su madre Marozia, sometió durante décadas a los pontífices a su voluntad.Ante esto, Berengario cedió y aceptó rendirle vasallaje, por lo que fue reconocido como rey de Italia.Otón I perseguía con su intervención en Italia que el papa Agapito II lo coronara emperador.Pero Alberico se opuso y obligó al Papa a enviar una embajada al rey alemán en la que le comunicaba su negativa a la coronación imperial.[1]​ Esta prueba de fuerza por parte de Alberico II no será la última, ya que, antes de fallecer en 954, hizo jurar al pueblo romano y al papa Agapito que al fallecer este sería elegido como pontífice su propio hijo Octaviano.