Adolfo Couve

Estudió en el colegio San Ignacio, ubicado en la calle Alonso Ovalle, del que egresó en 1958.

Estuvo casado con la también pintora, ilustradora y escritora de libros infantiles Marta Carrasco, con la que tuvo una hija, Camila Couve (1963), quien debutó en la literatura en 2018 con el libro Estampas de niña.

O sea, esa caja me la regaló para que yo no fuera pintor», relató alguna vez.

Tomé un taxi, llegué a mi casa, amarré los cuadros con el cinturón de una bata que me había regalado mi mamá y volví al Bellas Artes.

Los puse en hilera en el hall y me senté a esperar.

Estuvo becado en París en 1962-1963, estudiando en la Escuela de Bellas Artes, desde donde viajó a Italia, experiencia que definiría su devoción por el Renacimiento italiano.

También realizó estudios en el Art's Student League de Nueva York, ciudad donde radicó un tiempo y donde expuso sus pinturas.

Su pintura corresponde a lo que él definió como «un realismo nostálgico» y «la realización de un talento».

De este modo, en sus telas el tema se mostró como un pretexto para volcar, a través de la propia carga emotiva del creador, la visión sensorial e intuitiva del modelo escogido».

Yo pinto mis carboncillos, mis cosas, las guardo pero no las muestro, están bien hechas, son esenciales, me dan gusto a mí, pero con lo que yo salgo afuera a pelear es con estos libros.

Antes de quitarse la vida, Couve le dijo: «No te olvides, Carlitos, yo muero por el arte».

[7]​ El año 1998, Couve no quiso volver a dar clases.

La depresión que siempre lo acechó, en esas vacaciones lo arrinconó como nunca.

[12]​ En 2013 Tajamar Editores publicó una nueva versión de sus obras completas, que incluye sus textos sobre arte (salidos en 2005 en Ediciones UDP) y sus once novelas (1965-1998).