Acumulación tafonómica

Se denomina acumulación tafonómica al proceso tafonómico mediante el cual los restos susceptibles de convertirse en fósiles se incorporan a la litosfera.

[1]​[2]​ Si el resto incorporado al sustrato no sufre ningún tipo de desplazamiento posterior se denomina fósil acumulado;[3]​ es uno de los tres estados mecánicos, junto a resedimentado y reelaborado, en los que puede encontrarse un fósil.

[4]​ La acumulación puede ser simultánea o posterior (necrocinesis) a la producción del resto o señal biológico por muerte o realización.

Es un proceso normal de la fase bioestratinómica, excepto cuando el resto o señal se producen ya enterrados, por ejemplo en organismos endobiontes, cuyos restos o las huellas de su actividad se pueden acumular directamente dentro del sustrato en el que viven o se alimentan.

[5]​ El término acumulación no implica amontonamiento y no tiene porqué haber aporte de materia, puede consistir únicamente en transmisión de información a la litosfera, como en el caso de las huellas de locomoción marcadas sobre un sedimento blando (icnitas).

Arrecife de rudistas fósil . Debido a su forma de vida sésil los restos no han sufrido desplazamientos y se encuentran en «posición de vida», por lo que se trata de fósiles acumulados.
Dos tipos de fósiles acumulados producidos por un mismo individuo: icnitas y fósil corporal. Los restos del caparazón no se han desplazado del lugar del fallecimiento, como atestiguan las huellas de los últimos movimientos sobre el sustrato.