Accidente del paso a nivel de Muñoz de 1978

En dicho accidente un autobús escolar fue arrollado por una locomotora, resultando muertas 32 personas y heridas otras 65.

Es, hasta la fecha, el accidente más grave ocurrido en España por arrollamiento de vehículo en un cruce a nivel entre vía férrea y carretera.

Continuó su trayecto por La Sagrada y San Muñoz hasta el cruce de acceso a esta última población desde la nacional 620, donde recogió a los viajeros procedentes de Ardonsillero y Tejadillo, y desde allí continuó su viaje por dicha carretera hasta el cruce de acceso a Muñoz, población en la que estaba situada la penúltima parada del recorrido; a quinientos metros del cruce de la nacional se halla el paso a nivel que pocos minutos más tarde sería escenario del accidente.

Solamente quedaron reconocibles la parte trasera del mismo, que quedó junto al paso a nivel; la delantera, que fue arrastrada por la locomotora hasta quedar detenida a unos ochenta metros del punto del choque, y el techo del vehículo, que quedó enganchado en la parte delantera de la locomotora, siendo arrastrado por ésta hasta el punto en que la misma consiguió detenerse, a unos ciento setenta metros del punto de la vía en que se produjo la colisión.

El accidente dejó además un herido calificado como crítico, nueve calificados como muy graves (dos fallecerían durante la tarde del mismo día del accidente y otros dos a los pocos días), treinta heridos graves (el conductor del autobús y veintinueve escolares, -uno de estos últimos acabó también falleciendo-), uno menos grave, dos calificados de pronóstico reservado, y veintisiete leves (de estos últimos cuatro solamente presentaban ligeras contusiones y no precisaron ingreso hospitalario).

[nota 7]​ Se apuntó por ello en un principio como causa posible del accidente que dichas construcciones pudiesen haber impedido al conductor del autobús advertir la llegada de la locomotora, especialmente la segunda.

Aunque lo cierto es que dichas edificaciones sí restaban cierta visibilidad al paso, teniendo en cuenta su posición a priori resultaba posible detenerse ante el mismo sin invadir la vía férrea en un punto en que las referidas no condicionasen la correcta visión de ésta en bastantes metros por el lado por el que llegó la locomotora.

[1]​ Ello otorgaba a cualquier vehículo que atravesase el paso poco margen de tiempo para corregir una posible maniobra equivocada (unos ocho a doce segundos si se considera una visibilidad de 200-250 metros para un tren que circule a entre noventa y ciento veinte kilómetros por hora).

La baja temperatura en el momento del accidente (unos tres grados bajo cero) también podría haber condicionado la presencia de hielo en la calzada, -lo que podría haber hecho patinar las ruedas motrices del autobús al reanudar éste la marcha tras detenerse ante el paso-.

La memoria del accidente dejó una profunda huella en localidades de donde procedían las víctimas.

Tras el accidente, en la zona se erigieron varios monumentos en homenaje a las víctimas.

Locomotora 321.051 de Renfe, gemela de la 321.048, implicada en el accidente
Frontal de un autobús Setra Seida S14.
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monumento a las víctimas del accidente en la plaza de la Iglesia de la Sagrada (21–12–2004)
Placa colocada en 1979 sobre la pared de las antiguas escuelas de San Muñoz con los nombres de las víctimas mortales del accidente naturales de la localidad.
monumento erigido en Muñoz en el 25 aniversario del accidente (21–12–2003)