Acción militar del 29 de noviembre de 1811

Desde la Guerra de la Tercera Coalición, Francia había conservado a Italia y Nápoles como reinos clientes, controlando las costas occidentales del Adriático.Tras la retirada rusa en 1807, la Marina Real británica despachó una pequeña escuadra formada por fragatas para realizar operaciones en las aguas controladas por Napoleón.La escuadra se encontraba al mando del capitán William Hoste, quien capturó la isla iliria de Lissa para emplearla como base y emprender una campaña contra Francia y sus aliados que forzó a la Marina Nacional francesa a desplegar un número mucho mayor de barcos para hacerle frente.[7]​ Poco después de pasar por el extremo meridional de Lissa, la escuadra británica se encontró con un barco mercante neutral que transportaba al teniente John McDougal, extripulante del HMS Unite, a Malta.El Active comenzó a perseguir al barco más pequeño, pero Maxwell lo hizo regresar y envió al Unite tras el Persanne, mientras que el Active y Alceste seguían dando caza a los otros dos barcos.No obstante, dicho intento se vio truncado cuando una bala de cañón del Pomone derribó el mástil principal del Alceste, disminuyendo repentinamente su marcha y permitiendo que el Pauline pusiera un poco de distancia entre ambos.[10]​ A las 15:05, apareció otro navío británico en el horizonte, la balandra HMS Kingfisher, lo que convenció a Monfort de que ya no podía seguir protegiendo al maltrecho Pomone contra un número tan superior.Viéndolo desde fuera, el Persanne parecía una fragata de cuarta clase, similar al Unite, pero en realidad el barco francés contaba con poco armamento (sólo llevaba 26 cañones pequeños, mientras que el navío británico poseía 36).En consecuencia, cuando quedó claro que su barco no podría escapar al Unite, el capitán Satie se rindió para no ser destruido por el barco más poderoso, luego de realizar la descarga simbólica de sus cañones laterales.Los barcos británicos, con sus tripulaciones reducidas, acabaron con 61 hombres muertos o heridos, mientras que los franceses perdieron a más de 50 sólo en el Pomone.A la larga, el Pomone fue transferido a Gran Bretaña, se lo rebautizó HMS Ambuscade, y al poco tiempo fue desguazado para utilizar sus piezas, en tanto que el Persanne fue vendido al Bey de Túnez.Napoleón mismo se interesó en el enfrentamiento, y el historiador británico James Henderson sugiere que estos hechos convencieron al emperador de su incapacidad de controlar el mar Adriático, la cual era vital para lanzar sus operaciones en los Balcanes.[16]​ Las consecuencias sobre la situación en el Adriático fueron menores, y la acción militar únicamente confirmó el dominio ya superior de los británicos en la región.