[4] Desde Alemania, los descubridores comunicaron a Martín Almagro la existencia de estas pinturas mediante un croquis y una fotografía imprecisa del entorno, lo que motivó que no pudiera encontrarse en aquel momento.
[5] Con posterioridad, otros autores revisaron, citaron y divulgaron su existencia.
El abrigo se abre en un afloramiento rodeno en cuya base forma un entrante irregular protegido por una visera del mismo material rocoso.
Las representaciones pictóricas (zomorfos y antropomorfos) se hallan al fondo de la covacha, sobre un lienzo liso y ennegrecido que hace de techo.
Los investigadores distinguen dos frisos decorados: Trazo lineal y tintas planas.