Situadas en el monte público de «El Rodeno», las primeras pinturas fueron descubiertas por los lugareños y estudiadas por Henri Breuil (1877-1961) y Hugo Obermaier (1877-1943), en los años veinte del pasado siglo XX (1926-1927).
El padre García, en compañía del párroco del lugar (don Francisco Musulén y Artigot), comprobó que ciertamente había en el municipio pinturas antiguas que podrían ser de interés científico.
[4] Del viaje de Breuil y Obermaier a la villa de Tormón queda su estudio, en el que muestran su agradecimiento a todas las personas que contribuyeron al mismo, muy particularmente al párroco del lugar, a las autoridades municipales y al guarda forestal del Estado, don Teodoro Marín, «en cuya casa hemos encontrado hospitalidad y toda clase de facilidades para el buen éxito de nuestra tarea».
Hasta la publicación de Breuil y Obermaier (1927), en la provincia de Teruel se conocían ocho abrigos con pinturas rupestres: tres en Calapatá, uno en Masaleón (abrigo deis Secans), otro en Alcañiz (abrigo del Val del Charco del Agua Amarga) y tres en Albarracín:
Todos los abrigos del Prado de Tormon están señalizados para su visita mediante postes de madera con o sin palas metálicas, poseen paneles explicativos y están protegidos por cerramientos adecuados.