En el contexto terapéutico se supone que el sujeto, al revivir las situaciones originarias a través de la palabra y otras expresiones conductuales o gestuales adecuadas, se liberaría de la tensión afectiva ligada a esas representaciones.
Los traductores de Freud han optado por mantener el morfema alemán «ab» y construir así en castellano otro neologismo: abreacción.
[1] Freud usa a veces este concepto en reemplazo de catarsis, que en griego significa originalmente tanto «purga» como «purificación».
[1] En ese primer texto se esboza la hipótesis central de una teoría muy revolucionaria: Los autores pretenden demostrar por primera vez que un síntoma histérico actual puede tener una causa psíquica en un hecho ocurrido en el pasado remoto (en la infancia temprana) del paciente neurótico.
La abreacción es esencialmente un mecanismo psíquico normal que ocurre generalmente de manera espontánea, particularmente cuando la descarga puede producirse poco después del suceso emocionalmente relevante.