De san Galgano, santo titular del lugar cuya fiesta es el 3 de diciembre se sabe que murió en 1181 y que, habiéndose convertido después de una juventud desordenada, se retiró a la vida eremítica para dedicarse a la penitencia, con la misma intensidad con la que anteriormente se dedicó a la disipación.La capilla fue edificada en 1185, sobre la tumba del santo que se había convertido en objeto de culto popular.Fue protegida y generosamente beneficiada por los emperadores Enrique VI, Otón IV y del mismo Federico II que confirmaron siempre los privilegios concedidos añadiendo poco a poco otros, incluido el derecho de acuñar moneda.La riqueza acumulada en el Cinquecento fue tal que desencadenó un enfrentamiento entre la República de Siena y el Papado.En 1924, Gino Chierici se ocupó de restaurar la abadía, no para recuperar su uso original sino para detener los estragos del tiempo.