Abadía benedictina de «damas nobles», fue desconsagrada en 1796 y vendida al año siguiente.
Las monjas conservan la antigua iglesia (la binnen-kerk), que será sustituida en el siglo XIV por un vasto monasterio.
Las donaciones y las dotes permiten al monasterio realizar adquisiciones que aumentan su patrimonio.
En el siglo XIII se completa el conjunto de edificios conventuales: sala capitular, biblioteca, refectorio, enfermería, sacristía, almacén y hospedería.
En la abadía también se organizan obras de caridad, como comedores para indigentes y servicios sanitarios.
Aún más graves son las guerras de religión del siglo siguiente.
El proyecto, en el estilo neoclásico tan en boga en esa época, es grandioso, pero no llegará a terminarse por completo.
Finalmente, la iglesia abacial de estilo gótico y el claustro no se modificarán.
Un año después, en 1795, los bienes de la abadía son confiscados y puestos a la venta.
El conjunto es hoy un activo centro cultural donde se organizan exposiciones, seminarios, banquetes y recepciones.