[4] Como es fama en la Antigua Grecia se creía que los cretenses eran por naturaleza mentirosos.
En una ocasión, deseando la diosa Hera vengarse de su marido por su última infidelidad con Sémele, buscó a Ápate hasta que, una vez la tuvo delante, le convenció con halagos y mentiras para que le prestase su cinturón.
Le dijo que lo usaría para disuadir a su marido de tener más amantes mortales y traerlo de nuevo al lecho conyugal, como también para propiciar con él la vuelta del desterrado Ares al Olimpo.
La convenció con estos argumentos y, recibiendo de ella su cinturón mágico, lo usó para incitar a Sémele para que pidiera a Zeus que se le mostrase en su forma natural.
Entristecido por haber dado muerte a su amada, Zeus recogió el hijo que ella todavía albergaba en su vientre y terminó de gestarlo en su muslo.