Pseudologos

Se contaban entre los perversos hijos que tuvo Eris (la discordia) por sí misma,[1]​ aunque algunos autores los creían hijos de Éter y la Tierra.

[2]​ Por su naturaleza, Pseudologos sería opuesto a Alétheia, la personificación de la verdad.

Este aprovechó la ocasión y construyó una estatua idéntica a la de su maestro.

Pero Dolo no había tenido suficiente barro para acabar su obra, y no había terminado de rematarle los pies.

Por eso, cuando ambas estatuas salieron del horno, la Verdad caminaba con pasos firmes mientras que la Mentira, coja, tenía que detenerse.